Sea como sea tu edad o experiencia en cuestiones de sexualidad, seguramente tienes alguna duda o pregunta que jamás te has audaz a comentar, no a tus amigas mucho más íntimas.
La prensa habitual inglesa, que para charlar de sexo no va con tapujos, publicó, no hace bastante, un producto que se titula “Diez cuestiones sobre sexo que todos deseamos comprender”, en las que una especialista en relaciones de pareja respondía a ciertas inquietudes que, mucho más muchas veces, consultan a las mujeres sobre esto. Si tienes curiosidad, puedes echar una ojeada a la novedad en el Daily Correo. situaciones es lo que condicionará que consigas vivir el desarrollo mejor o peor. Muchas mujeres se preguntan todos los días cuándo es el instante de separarse y viven con esta duda a lo largo de años, sin atreverse a ofrecer el paso por temor, melancolia o conformismo.
La primera cosa que tienes que llevar a cabo es estar segura de que separarte es lo que verdaderamente deseas en tu vida. A veces consideramos que poseemos una crisis de pareja y lo que disponemos es una crisis personal. De ahí que es primordial que estés segura de que la causa de tu infelicidad es tu relación de pareja.
Los pasivos en las felaciones gais
La mamada para esos que tienen la labor de ser pasivos es primordial, puesto que deberán realizar todo el trabajo. Comencemos por la situación: existe quien les agrada estar en cama, o los que eligen que se arrodillen, o los que desean un 69.
Si es tu primera oportunidad, no te’ sobrepases. Ve despacio, bajando cada vez con mucho más tranquilidad, envolviendo el pene con los labios (húmedos) y la lengua. Solo esto tiene un valor primordial, por el hecho de que más allá de que disfrutará del movimiento de los labios, la lengua se va a mover de manera sin dependencia, lamiendo el glande. Las primeras ocasiones no va a ser simple pero va a ser muy simple tras ciertos intentos.
Rituales mentales del TOC homosexual
- Preguntarse «¿Acercamiento a esta persona interesante?» (De manera frecuente se aplica tanto a personas del mismo sexo como del sexo contrario).
- Preguntarse, «¿Me siento excitado?»
- Preguntarse, «¿Me semeja bastante desapacible?» Al notar parejas del mismo sexo.
- Otras cuestiones como las precedentes orientadas a «conocer» o saber la orientación sexual.
- Re-investigar las vivencias románticas o sexuales del pasado para cerciorarse de que uno es heterosexual.
- Procurar persuadirse a sí mismo de su sexualidad.
- Reafirmarse repetidamente sobre la orientación sexual («Terminantemente soy hetero»).
- Equipararse mentalmente con heterosexuales y gays.
- Si se siente prestando atención a personas del mismo sexo, forzarse a redirigir esta atención hacia alguien del sexo contrario.
- Otros rituales mentales orientados a resetear o normalizar los pensamientos no amigables (por poner un ejemplo, los rituales de lavado mental).
- Repetirse de forma continua de que no se es gay.
- Procurar saber por qué razón las relaciones precedentes fracasaron (para cerciorarse de que no les abandonaron al meditar que era gay).
- Planear y vaticinar todas y cada una de las probables secuelas de «escapar del armario», pese a no tener ningún deseo de «salir» o de tener relaciones gays.
- Planear de qué manera dejar a su pareja (en el momento en que de todos modos tampoco desea llevar a cabo esto).
- Normalizar los “pensamientos gays” con “pensamientos heteros”.
- Imaginar mentalmente genitales del sexo contrario o relaciones íntimas heterosexuales para achicar la ansiedad en frente de los pensamientos intrusivos.
- La exploración del ambiente para detectar a personas que podrían ser gay.
- Rituales «mágicos», diseñados para alejarse de los pensamientos no amigables (por servirnos de un ejemplo, imaginándose a sí mismo enfermando o devolviendo al tener pensamientos no amigables).
- Huír de los pensamientos intrusivos con recuerdos de vivencias sexuales pasadas triunfantes.
- Sustituir los pensamientos gays no deseadas por pensamientos violentos.
- Revisar el cuerpo en pos de signos físicos de excitación (asimismo puede ser un ritual mental).
- Caminar / actuar de forma exageradamente masculina (si es un hombre) o femenino (si es una mujer) para «aparentar» ser hetero.
- Interaccionar con el resto de manera exageradamente masculina o femenina.
- Charlar solo de temas «apropiadamente» masculinos o femeninos.
- Tener rituales de lavado (manos, etcétera) si se entra en contacto con los gais, lesbianas o bisexuales.
- Ver pornografía heterosexual con el objetivo de tranquilizarse a sí mismo al presenciar excitación.
- Ver porno gay para probarse lo desapacible que le resulta o revisar que no genera excitación.
- Preguntar a otra gente si en algún momento han encontrado interesantes personas de su mismo sexo, o llevar a cabo otras cuestiones del tipo «¿Es habitual…?» para reasegurarse sobre estos temas (por servirnos de un ejemplo, «¿Es habitual en ocasiones no sentirse excitado por la pareja o solo me pasa a mí?»)
- Preguntar repetidamente a las exparejas sobre por qué razón acabó la relación.
- Tener citas en demasía para «probar» a el resto que es hetero y/o que se siente atraído por el sexo contrario.
- Masturbarse de manera compulsiva con porno hetero para probarse que se excita en frente de estos materiales.
- Interaccionar de manera combativa, insultante o con ofensa hacia la multitud gay.
- En ciertos casos, adoptar un modo de vida gay, salir con personas del mismo sexo o tener relaciones íntimas gays para saber el concepto de estas vivencias puesto que se considera que es algo ineludible (gracias a las inquietudes obsesivos) . No obstante, adoptar este modo de vida resulta ser un tanto agotador y no placentero.