me mete la polla por el culo en el bosque

Relato anunciado inicialmente en SexoSinTabues.com por rafapdrst.Cap. Y Yo pertenezco a una familia de provincia de clase media, unidos todos por el cariño fraternal que brota de forma natural en el momento en que se vive en armonía. Cuando menos de este modo transcurrieron los primeros años de mi vida, en el momento en que yo era todavía muy pequeña, y hasta la actualidad guardo en mi cabeza formidables recuerdos de esta primera niñez, en el momento en que podíamos jugar todos juntos en el campo, puesto que vivíamos en una suerte de aldea habitada tan solo por varias familias que estaba algo distanciada de la aldea mucho más próxima, quizás como unos 4 o quizás cinco km. Y es exactamente en ese periodo de mi vida donde deseo detectar mi historia y también comenzar mi relato. Mi padre abandonó a mi madre en el momento en que yo tenía como ocho años y jamás volvió. Conque mi madre adjuntado con mis 2 hermanos mayores debieron ocuparse a los trabajos del campo para lograr sostenernos. Recuerdo que en el momento en que tenía yo precisamente diez años, me iba a la escuela con mi hermana María, que terminaba de cumplir los 12, y mi hermano Pepe, que por ese momento caminaría aproximadamente por los dieciséis o diecisiete. Mi madre siempre y en todo momento nos encargaba con Pepe, en tanto que debíamos recorrer andando los cinco km que nos apartaban del pueblo hasta donde se encontraba la escuela mucho más próxima. Cada día muy temprano salíamos de casa y íbamos por un caminito real hasta el pueblo, debiendo pasar obligadamente por zonas frondosas y solitarias que daban el aspecto como de selva virgen.

De todos modos era una zona realmente bonita por la abundantísima vegetación, el impresionante verdor de los árboles y la multiforme presencia de distintos géneros de aves silvestres. Sin embargo ser un sendero solitario el que debíamos recorrer todos los días, ocasionalmente nos hallábamos con ciertos campesinos que se dirigían asimismo al pueblo para vender sus artículos, o con gente que volvía a casa tras haber efectuado alguna labor en los campos agrícolas. Los primeros recuerdos que tengo de esta etapa de mi vida son diversos, pero lo que deseo contar aquí fue precisamente de qué manera se manifestó mi despertar sexual, ya que yo se encontraba absolutamente extraña y también desinformado de estas cosas. Pero creo que el destino se ocupó de que fuera aprendiendo todas y cada una estas cosas sin que verdaderamente lo hubiese esperado y me iniciara como la mayoria de las veces sucede, de forma circunstancial, en el delicioso y exquisito ardor del sexo, que se mete en la sangre sin nuestro permiso con las primeras vivencias, especialmente en el momento en que estas suceden en los comienzos de la pubertad. Todo comenzó uno de muchos días que los tres devolvíamos por la tarde de la escuela. Yo, como la mucho más pequeña, era como resulta lógico la mucho más vigilada por María y Pepe, pero asimismo era la mucho más ingenua, y mis 2 hermanos se aprovechaban de mi inocencia. En aquella ocasión en que nos vamos a casa y encontrándonos como medio sendero, en la mitad de unos mangales hermosos y exuberantes rodeados de extensos y espesos matorrales que se acunaban al viento con majestuosidad, de pronto nos desviamos hacia una sección muy mucho más frondosa y alejada, donde no podía vernos la poca gente que pasaba por el sendero real. Habiendo llegado a un mangal escondido entre la hermosa vegetación, donde solo se podía percibir el precioso canto de los pájaros, mi hermana María me ha dicho: -Angelita…espéranos aquí sedienta bajo este árbol, que Pepe y yo vamos a ir a recortar ciertos mangos a fin de que comamos nosotros y para llevarlo a mamá.

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