En este siglo puede escucharse extemporáneo, aun absurdo, pero hubo un tiempo en el que el rock no era un hábito, no era como practicar deporte los últimos días de la semana. Era una manera de vivir. Sí, una manera de vivir llena de clisés y que conducía derecho a la catástrofe. Y tampoco tenemos la posibilidad de decir que en la situacion de Burning, que cumplen mucho más de 40 años, no fuese de este modo. Pero el saldo de su intensa biografía son canciones inmortales, de las que corren por las venas. Su decisión no fue en balde. En este momento Johnny Cifuentes prosigue sosteniendo viva la llama de lo que podríamos decir que es el conjunto de La capital de españa más especial. Quedamos cerca del mejor chiste de la región, su río, solicitamos unos tercios…
¿Cuáles son sus peculiaridades?
- Son muy intensos. Es algo que describen sus progenitores con cierta frecuencia. Son pequeños con una intensidad sensible desaforada; que manifiestan todo de manera extrema, tanto la alegría como el enfado o la pena. Pequeños que viven todo con entusiasmo y pasión. A quien les cuesta parar y estar quietos.
- Son demandantes. Precisan atención continuada. Todo es poco y siempre y en todo momento desean mucho más. Llevado a todos y cada uno de los campos: cariño, cariño, tiempo, dedicación, atención…
- Son impredecibles. Lo que marcha el día de hoy es posible que mañana no nos ayuda, esto es, en ocasiones es posible que ayuda un procedimiento para comer, reposar, calmarse o aun para jugar, pero mañana quizás eso mismo no ande.
- Tienen enorme sensibilidad, tanto a nivel físico como a nivel sensible. Perciben cualquier estímulo, cambio o emoción. Precisan que el ambiente protega y preste atención a esta sensibilidad. Los ruidos, estímulos y el ambiente tienen la posibilidad de sospechar un enorme reto. De esta manera que las conmuevas son profundas y de esta forma lo expresan.
- Detallan enorme necesidad de contacto físico. Precisan que les cojan, los duerman en los brazos, los pongan en el pecho, duerman con ellos, les den cariño, les cojan de la mano, sentir el cuerpo del otro… Sears lo detalla como irrealizable dejar de sostenerlos. Tienen la necesidad de estar cerca del adulto, frecuentemente tiende a ser de su madre.
- Son hiperactivos, o sea, de actividad excesiva y también ininterrumpida. Están siempre y en todo momento en alarma, pendientes, con el tono muscular prominente (hipertónicos), tal y como si tuviesen que realizar algo, «siempre y en todo momento listos para la acción».
- Son absorbentes. Quienes lo viven lo describen como pequeños que semejan no parar jamás, que absorben la energía del resto y siempre y en todo momento precisan cada vez más y más.
- Se nutren recurrentemente. El acto de ser alimentado les genera tranquilidad y calma. Frecuentemente no es la necesidad de alimento, sino más bien de succión o tranquilidad, de sentir contacto y atención. Todo el desarrollo que comporta les hace sentir confort.
- Se dan despertares usuales. Pese a su actividad continua, no precisan reposar bastante. Además de esto se despiertan recurrentemente durante la noche o hacen siestas cortas.
- Se detallan insatisfechos. La sensación que emiten es insatisfacción. Semeja que por más que luchamos por venir a todo, jamás están conformes. No nos culpamos de esto, no es necesario buscar responsables.
- No tienen idea calmarse solos. Precisan del otro para tranquilizarse, reposar, tener instantes de tranquilidad y relajación. Les cuesta contenerse y autorregularse.
- Son muy sensibles a la separación. Detallan angustia frente al instante de separación de los progenitores, más allá de que se intente otros cuidadores populares. Si bien vaya pasando el tiempo esto no cambia y puede aun acentuarse.