con la polla fuera paseo por casa

Rosi.

Habíamos ido a pasar el día al campo toda la familia. Se encontraba sentado observando una gaceta en el momento en que me fijé en que mi cuñada Rosi se apartaba del conjunto apartándose un tanto. Decidí proseguirla y haciéndome el distraído comencé a caminar en la dirección que ella había tomado. La perdí de vista y me sentí algo fallido. Deseaba regresar en el momento en que oí estruendos en unos matorrales próximos. Me aproximé con sigilo y me incliné un tanto. Me empalmé solamente verla. Allí, entre los matorrales se encontraba ella en cuclillas, con las mallas y las bragas bajadas realizando un mechón. Se encontraba de espaldas a mí con lo que pude ver su magnífico trasero y su raja abierta dejando huír su pinchazo. En el momento en que terminó se limpió con un pañuelo de papel y lo tiro al suelo. Se incorporó un tanto y entonces se metió 2 dedos en el coño y uno de la otra mano en el trasero. En esa situación vuelvo la cabeza y me miró fijamente. Sabía que yo le miraba. Entré en el claro entre los matorrales y me puse a su lado. Había sacado los dedos y se encontraba parado con las bragas y las mallas a la altura de las rodillas. Comenzamos a besarnos mientras que mi mano derecha se perdía entre los labios de su coño y acariciaban su clítoris y mi mano izquierda se metía entre las caches y con mi dedo medio le acariciaba el orificio de su trasero. Me metía la lengua hasta la garganta y gime sin frenos mientras que la acariciaba de este modo. Metí mis dedos por sus aberturas y ella comenzó a acariciar mi poronga sobre el pantalón. Saqué los dedos de su coño y los lleve a la boca. Los lamen juntos. Decidimos ausentarnos de la celebración un rato para finiquitar lo nuestro. Ella mencionó que debía proceder a casa por unas cosas que había olvidado y yo me ofrecí a acompañarla para obtener cerveza que nos había terminado. Nos montamos en el vehículo y nos vamos al campo en el que vive. Entramos y solo cerrar la puerta de la finca nos vamos a la vivienda despojándonos por el sendero. Rocky, un perro labrador de 4 años que tiene no dejaba de saltar y correr entre nosotros. Entramos en la vivienda ahora desnudos, la cogí por la espalda y comencé a estregarle la poronga por las cachas mientras que sobaba los pechos a conciencia. Se volvió, se inclinó y se metió la poronga en la boca mientras que tres de sus dedos se introducían en su abierto coño. Su lengua estuvo prácticamente cinco minutos masajeando mi poronga en su boca hasta el momento en que le solicité que se pusiese a 4 patas sobre el sofá. Las rodillas en el taburete y los codos en el respaldo. Me coloqué tras él, apunte mi poronga en su coño, coloqué mi capullo en su entrada y la cogí de las caderas. Le pregunté si se encontraba próximo y, mientras que me afirmaba que sí, la metí de solo una vez entera. Chilló de exitación y de mal y comencé el metido y saca con todas y cada una mis fuerzas. Tras unos minutos de esta manera ella se encontraba chorreando. La saqué y me bajé a comerme el coño y el trasero. Tenía el coño abierto completamente y baboseando. Metí mi boca en su coño y me lo tomé entero. Llegaba desde el clítoris hasta el agujero de su trasero. Le besé y la lamé. Aun penetró el trasero con mi lengua. Esto la hacía derretirse a gusto. Le solicité permiso para penetrarla por el trasero y me mencionó que se encontraba aguardando. Pero en estas apareció Rocky y comenzó a ofrecerle lenguetazos al coño. Se corrió sin soportar. Le pregunté si le agradaría que el perro la montara y me contesto que no le importaba. Mientras que Rocky proseguía lamiendo comencé a acariciar la poronga al perro. Este comenzó a sacar su poronga fuera. En el momento en que la tuvo toda fuera hice que pusiese las patas sobre la espalda de Rosi y yo mismo dirigí la poronga del perro hacia el coño. No logró falta mucho más. El perro se la llave entera y mientras que la follaba me coloqué enfrente de el a fin de que me la comiese nuevamente. Rosi no dejaba de gemir y correr. Rocky logró ponerlo hasta la bola y en el momento en que terminó de correr se volvió quedando trasero con trasero. Saqué mi poronga de la boca Y me fui a buscar el trasero que en esa situación quedaba completamente brindado. Le puse saliva en el ojo, coloqué mi capullo en el ojo y le fui metiendo poco a poco. A fin de que disfrutase el instante. Con mi poronga sepultada entera en su trasero comencé a bombear. Oía la bola del perro en el coño de Rosi desde en su trasero. Aumenté mis embestidas hasta el momento en que los dos nos corrimos como salvajes. Allí me quedé hasta el momento en que mi poronga salió de su trasero. Al poco, asimismo el perro salió de su coño. Pusimos el suelo perdido de semen del perro y mío. Me fumé un puro mientras que ella limpiaba el suelo. Nos vistimos y volvimos a donde el resto. Mi mujer, mi suegra y mis cuñadas nos miraron con picardía. Sabían de dónde veníamos y qué habíamos hecho. Desde el momento en que cogí a mi mujer poniéndome los cuernos yo me los favorecía a todos. Era el pacto que yo había hecho con mi mujer. Follarme a su madre ahora sus hermanas. Los maridos no sabían nada, conque solo preguntaron por las cervezas.

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