Usa el vino blanco Señorío de Ondas para este plato y un sinfín de recetas mucho más. Le aportará unos matices aromatizados excelentes.
¿De qué forma llevar a cabo conejo al ajo?
Elaborar conejo al ajo es sencillísimo en contraste a otras carnes como el pollo o cerdo, este no requiere estar marinado desde el día previo a fin de que tenga un gusto profundo.
Tampoco van a ser precisos varios elementos o técnicas bastante complicadas para hallar que sea especial.
¿De qué manera realizar conejo al ajo?
Elaborar conejo al ajo es sencillísimo en contraste a otras carnes como el pollo o cerdo, este no requiere estar marinado desde el día previo a fin de que tenga un gusto profundo.
Tampoco van a ser precisos varios elementos o técnicas bastante complicadas para hallar que sea especial.
Cocción del conejo y presentación final
- Ascendemos en este momento el fuego y en el momento en que el aceite esté ardiente comenzamos a freír el conejo vuelta y vuelta. Cocinamos hasta el momento en que observamos que están bien dorados los trozos de carne. Volcamos en este momento el vino y dejamos que cueza a fin de que se vaya evaporando el alcohol. Pasados 5 minutos se va a haber formado una salsa entre el aceite, el vino y los jugos que fue soltando el conejo.
- Incorporamos nuevamente los dientes de ajo que teníamos reservamos y opcionalmente tenemos la posibilidad de añadir alguna yerba fría aromatizada. Yo le he añadido un pequeño ramo de tomillo fresco, que queda especial a los guisos de conejo.
- Tapamos y cocinamos a fuego medio a lo largo de 20 minutos. En ese tiempo la salsa se va a ir espesando y consiguiendo una textura tenuemente mantecosa. A mitad de cocción tenemos la posibilidad de ofrecerle la vuelta a alguna parte de carne que sobresalga de la salsa. Servimos calentito a la mesa ahora gozar de este genuino platazo.
Puede ver todas y cada una las fotografías del punto por punto de la receta de conejo al allillo en este álbum.
Preparación de la base del conejo en el amamanto
- Comenzamos por aderezar el conejo con sal y pimienta, y lo dejamos descansando hasta el momento en que lo cocinamos. Pelamos los dientes de ajo, unos 8 diez acostumbran a llevar las cabezas. A fin de que suelten mucho más gusto les estallaremos levemente. Es suficiente con apretar sobre el diente de ajo con el cuchillo, hasta el momento en que sentimos que se rompe. Reservamos.
- En una olla ancha y plana, volcamos una lámina de aceite de oliva virgen plus y calentamos a fuego medio. En el momento en que tome temperatura, agregamos los ajos y bajamos a fuego bajo (nivel 4 de diez). Deseamos que los ajos se vayan tostando de a poco, soltando su gusto al óleo pero sin que se arrebataran o pasen de punto.
- Debemos supervisarlos y que en ningún instante lleguen a quemarse. Tras 5-6 minutos, tenemos la posibilidad de sacar los dientes de ajo que reservamos para mucho más adelante.
- Ascendemos en este momento el fuego y en el momento en que el aceite esté ardiente comenzamos a freír el conejo vuelta y vuelta. Cocinamos hasta el momento en que observamos que están bien dorados los trozos de carne. Volcamos en este momento el vino y dejamos que cueza a fin de que se vaya evaporando el alcohol. Pasados 5 minutos se va a haber formado una salsa entre el aceite, el vino y los jugos que fue soltando el conejo.
- Incorporamos nuevamente los dientes de ajo que teníamos reservamos y opcionalmente tenemos la posibilidad de añadir alguna yerba fría aromatizada. Yo le he añadido un pequeño ramo de tomillo fresco, que queda especial a los guisos de conejo.
- Tapamos y cocinamos a fuego medio a lo largo de 20 minutos. En ese tiempo la salsa se va a ir espesando y consiguiendo una textura sutilmente mantecosa. A mitad de cocción tenemos la posibilidad de ofrecerle la vuelta a alguna parte de carne que sobresalga de la salsa. Servimos calentito a la mesa ahora gozar de este genuino platazo.