cómo hacer el pollo a la cazadora

El guiso de Pollo a la cazadora es sencillísimo y natural, solo a partir de verduras frescas y con el adorno justo para destacar el gusto del pollo. La calidad de los elementos es el único misterio del plato. Puedes elaborar un pollo entero despiezado para guiso o solo las tomas de pollo que mucho más te agraden (muslos o jamoncitos, contramuslos, pecho troceado…).

  • 1 kg de pollo troceado, o solo las presas que mucho más te agraden (jamonitos, contramuslos…)
  • 1 cebolla
  • (tixag_h4)

  • 1 penca de apio
  • 150 ml de vino tinto
  • 2 tomates colorados y firmes o 400 g de tomate contribuye mejor textura a la salsa) ) 1 lata pequeña de anchoas
  • cien g de aceitunas verdes o negras sin hueso
  • Opcional: Un puñado ) Laurel, yerbas aromatizadas al gusto (tomillo) )
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta

)

Adecentar y lavar el apio, la cebolla y la cebolla. Mondar y picar todo muy fino adjuntado con el diente de ajo (tienen la posibilidad de machacarlos a mano o usar un procesador de comida).

En una olla grande poner el aceite de oliva, añadir el pollo y salpimentar, sofreír por diez minutos a llama moderada hasta el momento en que el pollo tenga un color levemente dorado.

¿Qué es pollo a la cazadora?

El pollo a la cazadora es un platillo habitual italiano de origen pobre y vieja que radica de un jugoso estofado de pollo con salsa de tomate y yerbas frescas como romero, salvia y tomillo.

El nombre a Italiano de este platillo es pollo alla cacciatora y le viene dado merced a los cazadores (cacciatore, a Italiano) que preparaban este platillo con carne de caza a la que añadían las yerbas que encontraran por los campos y bosques.

Preparación del pollo a la cazadora

  1. El pollo ha de estar troceado, tenemos la posibilidad de llevarlo a cabo nosotros o solicitamos a nuestro carnicero que nos lo trocee.
  2. Los tomates deberán ir pelados y picados. Le aconsejamos que lo lleve a cabo al comienzo, de esta forma van a estar preparados en el momento en que sea preciso añadirlos. Para hallar que el tomate quede bien pelado, lo idóneo es ofrecer unos cortes en la piel y escaldarlos unos cuantos minutos. De esta forma la piel sale prácticamente sola y de esta manera no vamos a encontrar restos en la salsa. Pelamos, picamos y reservamos.
  3. Calentamos la mantequilla y el aceite en una sartén o en una olla refractaria.
  4. Mientras que se excita aprovechamos para ir picando la cebolla. No es necesario que los trozos sean pequeñísimos.
  5. En el momento en que la mantequilla se haya derretido le agregamos la cebolla, la sofreímos tenuemente y ahora ubicamos los trozos de pollo. Vamos a ir quitando y dando vueltas habitualmente, hasta el momento en que tome un rápido color oro.
  6. Mientras que observamos el pollo vamos picando la zanahoria y la rama de apio. En varias zonas se añade mayor proporción de apio y zanahoria. Asimismo se tienen la posibilidad de integrar champiñones en la salsa.
  7. En el momento en que el pollo presente un color doradito y la cebolla esté llevada a cabo, echamos el tomate, la zanahoria y el apio. Agregamos el vino blanco, dejamos que llegue a hervir y a continuación volcamos el caldo de pollo (de este modo va a quedar mucho más sabroso que sencillamente usando agua).
  8. Tapamos la olla y lo cocemos todo a fuego retardado a lo largo de 45 minutos hasta el momento en que el pollo esté hecho por la parte interior. En el momento en que lleve precisamente medio tiempo esparcimos perejil y salpimentamos al gusto. Una vez finalizado el tiempo de cocción dejamos que repose unos minutos y servimos ardiente.
  9. Como prácticamente todos los guisos si dejamos que asiente la salsa va a estar mucho más sabroso, puesto que se acentúan los sabores. Tenemos la posibilidad de acompañarlo con cualquier clase de pasta o con arroz blanco. Quisiera que le agrade.

Preparación del pollo en la cazadora

  1. El pollo ha de estar troceado, tenemos la posibilidad de llevarlo a cabo nosotros o solicitamos a nuestro carnicero que nos lo trocee.
  2. Los tomates deberán ir pelados y picados. Le aconsejamos que lo realice al comienzo, de este modo van a estar preparados en el momento en que sea preciso añadirlos. Para hallar que el tomate quede bien pelado, lo idóneo es ofrecer unos cortes en la piel y escaldarlos unos cuantos minutos. De este modo la piel sale prácticamente sola y de este modo no vamos a encontrar restos en la salsa. Pelamos, picamos y reservamos.
  3. Calentamos la mantequilla y el aceite en una sartén o en una olla refractaria.
  4. Mientras que se excita aprovechamos para ir picando la cebolla. No es necesario que los trozos sean pequeñísimos.
  5. En el momento en que la mantequilla se haya colado le agregamos la cebolla, la sofreímos tenuemente y ahora ubicamos los trozos de pollo. Vamos a ir quitando y dando vueltas frecuentemente, hasta el momento en que tome un rápido color oro.
  6. Mientras que observamos el pollo vamos picando la zanahoria y la rama de apio. En varias zonas se añade mayor proporción de apio y zanahoria. Asimismo se tienen la posibilidad de integrar champiñones en la salsa.
  7. En el momento en que el pollo presente un color doradito y la cebolla esté llevada a cabo, echamos el tomate, la zanahoria y el apio. Agregamos el vino blanco, dejamos que llegue a hervir y a continuación volcamos el caldo de pollo (de este modo va a quedar mucho más sabroso que sencillamente usando agua).
  8. Tapamos la olla y lo cocemos todo a fuego retardado a lo largo de 45 minutos hasta el momento en que el pollo esté hecho por la parte interior. En el momento en que lleve precisamente medio tiempo esparcimos perejil y salpimentamos al gusto. Una vez finalizado el tiempo de cocción dejamos que repose unos minutos y servimos ardiente.
  9. Como prácticamente todos los guisos si dejamos que asiente la salsa va a estar mucho más sabroso, puesto que se acentúan los sabores. Tenemos la posibilidad de acompañarlo con cualquier clase de pasta o con arroz blanco. Quisiera que le agrade.

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