La cuestión es que mi mujer Susan y yo llevamos múltiples años de en matrimonio. En el momento en que yo la conocí, ella todavía salía con un joven caverdeano de piel negra. Susan era todo lo contrario a este joven. Bastante mucho más alta que él, de lindas facciones y increíble físico, muy esbelta y fuerte y de piel blanca rosada puesto que desciende de escandinavos. Jamás comprendí realmente bien que fue lo que vio a Axel, su ex-. Afortunadamente para mí, esa relación terminó poco tras conocerme y eso me dio la oportunidad de establecer una relación con ella. Yo venía implicando un serio problema de impotencia sexual sicológica, adecuada a la acumulación de malas vivencias con mis exnovia. Me sentía fallido y temía comentar del inconveniente a mi novedosa novia, con la que aún no había tenido sexo. No obstante, teníamos mucha seguridad, puesto que habíamos sido amigos, y ella no tenía inconvenientes en charlar abiertamente de sexo conmigo. En determinada ocasión me explicó que su exnovio lograba que ella se corriese inmediatamente. Solamente comenzábamos a salir, en el momento en que una noche, en forma de broma, mientras que charlaba por teléfono, le pregunte si siendo ella tan fornida, había obligado a tener sexo por la fuerza a algún hombre. para mi colosal sorpresa, me respondió con un «Tanto como obligarle no, pero paso algo semejante con Axel». Parece ser, Axel y Susana habían estado pasando unos días juntos en un departamento en la costa atlántica hacia el comienzo de su relación. El departamento se encontraba proveído de un jacuzzi en el que Susan acostumbraba a bañarse por la mañana. Una de esas mañanas mientras que Susan se bañaba tras venir de la playa, Axel se levantó muy excitado y procuró a Susan. La halló bañándose, con lo que, se metió con ella en el jacuzzi y tras abrir asimismo la ducha, comenzó a acariciarle todo el cuerpo pasándole el jabón primero y después de manera directa con las manos. Finalmente, ahora sin tapujos, le lamió los pezones hasta hacerla excitar y ella le solicitó que le hiciese el cariño. Los dos parados bajo el agua no muy caliente de la ducha se brindaron múltiples besos de lengua hasta el momento en que Susan se volteó dando la espalda a Axel a fin de que la penetrara por detrás. Su novio halló la entrada de su capullo de manera perfecta lubricado por el agua y los fluidos anatómicos con lo que la penetración fue despacio y profunda. Estaban muy excitados y no precisaron bastantes vaivenes para sentir venir sus propios clímax. Indudablemente Axel hallaría incitante llevar a cabo el cariño bajo el agua en tanto que no ha podido soportarse y se corrió inmediatamente sin aguardar a Susan, que asimismo se encontraba a puntito de venir, dejándola totalmente insatisfecha por el hecho de que le cortó el de el clímax. Axel se sintió relajado y satisfecho. Se mudó de ropa para el desayuno y comenzar sus tareas cotidianas, al paso que Susan continuó desviste y con el cuerpo todavía húmedo del baño. Fueron a la habitación y discutieron. Ella le recrimina lo veloz que se había venido y la insatisfecha que había quedado pero a Axel parecía no importarle bastante, intentando de conformarla diciéndole que después lo harían otra vez. Esto puso a Susan furiosa. Se dirigió a la entrada y trabó la puerta de calle con llave a fin de que su novio no se marchara. Susan me cuento que lo «logró exitar hasta el momento en que Axel accedió a tener sexo con ella de nuevo» y para esto se arrodilló enfrente de su ex-, le bajó la cremallera del pantalón y le extrajo su poronga del mismo por llevársela de manera directa a la boca. Susy le dio una increíble felación y a pesar de que Axel se rechazaba a tener sexo de nuevo, comenzó a ceder conforme apreciaba que su integrante comenzaba a medrar otra vez debido al trabajo oral de su novia. Él tenía una enorme sensibilidad en su glande. Retrocedió su cabeza hacia atrás y comenzó a gemir a gusto. Poco después era él quien le suplicaba a Susan a fin de que lo dejase ponérsela. En el momento en que Susan se percató de que Axel se encontraba duro como una roca de nuevo, se ensamblaron y tuvieron sexo por segunda vez. Si bien estaban a pocos metros de la cama, gracias a la urgencia sexual que los dos tenían, no lograron llegar. Susana se apoyó con las manos cara a la puerta del ropero, doblando su cuerpo a la mitad hacia enfrente, y Axel la penetró vaginalmente por detrás al estilo perro de parados. Antes de iniciar con los vaivenes, Susy le rogó que terminara adentro de ella y que la follase lo mucho más fuerte viable y Axel de esta manera lo logró. Fue una follada brutalmente beligerante que duró solamente un minuto. Axel la embistió con sus fuerzas mientras que se aferraba a los senos de Susy pelizándole los pezones hasta el momento en que ella comenzó a sentir un inmenso hormigueo en su cuerpo que le señalaba que se encontraba a puntito de finalizar. La poronga embrutecida de Axel logró maravillas. En el momento en que las contracciones vaginales comenzaron, Susana se dejó llevar y se corrió de manera deshinibida chillando de exitación como jamás antes lo había hecho. Aún estaba jadeando del inmenso orgasmo que había tenido, en el momento en que sintió que Axel comenzaba a correrse por segunda vez. Axel acabó asimismo chillando de manera salvaje para acabar con un profundo suspiro de alivio. En una racha de segundos sentí que la presión arterial me subía hasta prácticamente explotarme la cabeza. Mi corazón se combulsionó como una locomotora y sentí que una enorme excitación como jamás antes había experimentado se apoderaba de mí. Hice a Susan toda clase de cuestiones, de las que solo respondió ciertas. Lo de Axel fue una clara demostración de poder sexual como jamás antes había sentido qué capacidad increíble por favor que probó tener ese negro! Yo encomiaba la virilidad de su exnovio diciéndole que era un «macho de primera» y que cualquier mujer se volvería desquiciada de tener un novio de esta forma. (Múltiples mujeres a las que les conté esta anégdota, me confesaron haberse mojado inmediatamente). Por otro lado no me explicaba de qué manera había hecho para lograr regresar a excitarse tan de forma rápida tras su primer orgasmo (unos 2 minutos antes), sostener la ereccion sin adversidades el suficiente tiempo para hacerla por último acabar con ella, y para finalizar hallar él mismo un segundo orgasmo!!! Comience a opinar que dado que Axel fuera negro tenía algo que ver en su apariencia tan viril. Le pregunté si Axel se encontraba «bien dotado» y se negó a responderme al comienzo, si bien después me mencionó que su tamaño era habitual. Además de esto está decir que mi extrema excitación terminó por arreglar mi inconveniente de impotencia terminantemente y en buena hora. Susan no volvió a comentarme mucho más de este suceso a lo largo de meses, pero tiempo después, una noche donde paseábamos por la costa en turismo, volví a hacerle una pregunta sobre ese día. Se limito a decirme que «¡Qué follada! Ese día tenía una fiebre horrible y que en la mayoría de los casos no actuaba de esta forma». Más allá de todo intente que me contara algún otro aspecto, y lo logró si bien con mucha resistencia de su parte por el hecho de que comenzaba ahora a m*****arle rememorar sus relaciones del pasado en este momento que se encontraba conmigo. Ella no se daba cuenta de lo que me provocaba a mí imaginarme ese instante de ella y su ex-. Susan al final me mencionó que el orgasmo precipitado que había tenido su exnovio en aquella ocasión del jacuzzi, se debió a una falta de coordinación pues era entre las primeras ocasiones que tenían sexo juntos, y que tras ese día Axel siempre y en todo momento lograba que ella se viniese enseguida. No era extraño. Le dije que me habría vuelto desquiciado de exitación si en aquella ocasión, que todavía no éramos novios, yo pudiese haberlos visto teniendo sexo enfrente de mí. Aún el día de hoy el mero recuerdo de su relato me encanta. Unos años tras la charla, hallé unas fotografías del departamento donde lo habían hecho y pude ver la habitación y el placar contra lo que tuvieron sexo. Este se encontraba a menos de 2 metros de la cama, con lo que, si «no habían podido llegar hasta la cama» que se encontraba tan cerca, habían de estar formidablemente exitados. Aun intente leer en su viejo períodico intimo alguna referencia del hecho, pero solo había escrito «esta mañana lo hicimos un par de veces», ningún otro lujo de datos… Sé que ciertos hombres se sienten recelosos, inseguros o envidiosos de comprender que su mujer la pasó bien con otro hombre, anteriormente, sexualmente comentando. ¿Pero pretenderemos ser siempre y en todo momento los primeros y los únicos? ¿Cuántas mujeres llegan íntegras al matrimonio en la actualidad? Hay que ser algo maduros y admitir la sociedad donde vivimos. Axel era un tipo fenomenal en cama, dueño de una capacidad y virilidad dignas de admirarse y debí admitir que si él era con la capacidad de lograr que mi mujer se corriese en cuestión de segundos, verdaderamente era un talento propio de él que yo debía elogiarlo mucho más que celarlo. Susan me mencionó que en general hacían el cariño a la posición del perro oa la del misionero. De cuando en cuando ella asimismo iba arriba. Como Axel no se sentía ahora acomplejado de la diferencia de estaturas ni de su físico angosto al lado del de ella que es atlética, alta y muy abastecida, él sacaba virtudes de todo lo mencionado: siendo él mucho más bajo que ella, en el momento en que tenían sexo en la posición del misionero, Axel tenía mucho más sencillez para llegar a sus lolas, los que lamía uno a la vez mientras que la penetraba. Ella promovía la penetración profunda cruzando las piernas cerca de la cintura de su ex- (lo que conmigo no hace desgraciadamente) y de este modo en cuestión de menos de un minuto Susan llegaba al orgasmo. Entonces aguardaba que Axel se corriese, siempre y cuando no lo hubiese hecho al paso que ella. Yo aprendí del ejemplo del ex- novio de Susy y llevé a la práctica su experiencia teniendo desenlaces fantásticos, si bien en un comienzo le afirmara a Susy que no sabía si yo sería tan bueno como él.