a mi marido le gustan tambien las pollas

Su marido le insinuó que deseaba ser un cornudo y no perderse ni un aspecto en el momento en que sucediera. Este relato que les voy a contar lo hago con el ánimo de entender si a alguna otra mujer le ocurrió algo similar a eso que me ha propuesto mi marido. Tengo 25 años y siempre y en todo momento me he esforzado por sostener una aceptable figura, con el afán de agradar a mi marido. Tengo un pecho talla completamente natural, y por no reforzar en tallas y tamaños solo les afirmaré que en el momento en que sendero sola por la calle soy el blanco de miradas y florecillas de los hombres.

Si bien hubo oportunidades que me molestan por la calle en el momento en que estoy con mi marido, él no se molesta y mucho más bien semeja que le gustara. Me agrada usar minifaldas y ropa ajustada pero en contraste a lo que me cuentan mis amigas, que a sus esposos no les agrada que vistan de esta manera a mi marido mucho más bien me incita a fin de que lo realice. En el chato sexual debo decir que mi relación con él siempre y en todo momento fue algo hastiada, puesto que tiene un pene mucho más bien pequeño y en lugar de explotar a la mujer que tiene, elige ver películas picarescas. A lo largo de cierto tiempo estuve intrigada en comprender que era lo que verdaderamente le excitaba, hasta el momento en que un día que nos quedamos en el hogar tomando unas cervezas me lo confesó. Sé que a ciertos hombres les excita que su mujer se vista con lencería, látex o cuero y hasta el momento en que los peguen con un látigo, pero lo que me ha dicho mi marido me dejo asombrada. Deseo oírme un cornudo me confesó, deseo que dejes que otros hombres te penetren enfrente de mí. Al comienzo creí que se encontraba borracho o que me se encontraba bromeando, pero comenzó a explicarme que en el momento en que hacíamos el cariño se imaginaba que antes que él ahora me lo había hecho otro.

¿De qué manera realizar una mamada?

Comencemos por lo básico: la mamada es una práctica incluida en el sexo oral. No significa charlar a lo largo de las relaciones íntimas si bien hay gente a la que le chifla charlar y que le comenten cosas guarras, pero no es eso.

La mamada radica en tomar el pene erecto de la pareja en la boca y comenzar a chupetearlo, tratando ir lo mucho más profundo viable. Ciertos se detienen poco tras el glande, los que lo llevan todo en la base. En el último caso, el peligro es devolver (sería como poner 2 dedos en la garganta). Esto hazlo solo si te lo solicitan ¡Es broma! Si bien ya conoces que si no hay arcada no es felación.

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